La Orden: El Templo — II. Los sacerdotes

El templo no solo es el lugar dónde viven los sacerdotes y se rinde culto, también es una institución formada por el conjunto de sacerdotes. Forman una sociedad separada e integrada en la comunidad, una élite, aunque no tienen autoridad directa fuera del templo. Al entregarse al templo se apartan de la familia y de la comunidad general, su prioridad es el culto y la magia. Están casados, ya que de otro modo no tendrían hijos ni acceso a la eternidad, pero viven en el templo y la frecuencia con la que vean a los allegados depende de las circunstancias en el mismo.

Convertirse en sacerdote, implica un proceso de entrega similar a la iniciación de los acólitos, durante el cual el templo evalúa si el candidato es válido y al final del cual el solicitante asume una serie de compromisos y renuncias. En la Orden se refieren popularmente a este proceso como “tomar la túnica negra”, ya que este es el color de la indumentaria de los sacerdotes en las ceremonias, mientras que los acólitos visten de rojo. Formalmente, el único requisito que hay que cumplir, es haber vivido al menos una vida en el mundo. Es decir, que los candidatos deberán acercarse al siglo de edad cómo mínimo. Debido a esto, lo habitual es que los sacerdotes y sacerdotisas tiendan a la antigüedad; se considera jóvenes a los que cuentan con menos de trescientos años de edad.

A pesar de que viven en una comunidad cerrada y jerarquizada, el sacerdocio en la Orden es un camino individual hacia el poder y el conocimiento. Todo sacerdote asume el compromiso de ejercer de maestro de sus inferiores y será alumno de lo superiores. Deberá implicarse en el funcionamiento del templo y del culto colectivo de la manera que le ordenen y vivir según las normas que le atañen. Pero la mayor parte de su aprendizaje y de su ejercicio se centrará en su crecimiento personal como sacerdote, mago y sabio. Lo que le exige el templo, a cambio de facilitarle ese camino, es poner el poder y conocimiento que adquiera a disposición de la comunidad y de los superiores cuando se le requiera.

Los sacerdotes se dividen en dos grandes grupos; los que tienen acceso formal a la magia (magos o sacerdotes-magos) y los que no (sacerdotes simples o sacerdotes). Por encima de los dos grupos se sitúan el ilani (cargo desaparecido en la actualidad) y el izani.

Sacerdotes y sacerdotisas simples: son los que están en los niveles más bajos y aún no tienen acceso formal a la magia en el templo. Su papel es el de contribuir con su energía y ejercer de subalternos y ayudantes de los magos. En ceremonias y rituales llevan túnicas con adornos rojos. El rojo es el color del fuego en el interior de la tierra y de la sangre, representa las fuerzas primigenias, la fuerza vital y la materia. Al margen de cuestiones místicas, en el templo se encargan de los trabajos de intendencia y mantenimiento. Los sacerdotes simples son los que se encargan de la cocina, la limpieza, etc… Entre ellos se distinguen dos grupos privilegiados que deben existir en todos los templos:.

  • Los músicos: Siempre debe haber seis en cada templo, su sexo es indiferente.
  • Los bailarines: Tiene que haber catorce en cada templo, siete hombres y siete mujeres.

Ser bailarín o músico ceremonial implica horas de ensayos, lo que dispensa a sus miembros de otras obligaciones más penosas. Los miembros son elegidos por quien dirige cada grupo según su criterio y es una de las excepciones para las que el nivel jerárquico no se tiene en cuenta. Los magos no pueden formar parte de estos grupos.

Magos y magas: Este es el segundo escalón y el último para la mayoría, son los que por su nivel ya tienen acceso formal a la magia del templo. Su función es la de conducir la energía y materializar los hechizos, ensalmos e invocaciones en ceremonias y rituales. Los adornos de sus túnicas son verdes, simbolizando las fuerzas de la naturaleza junto con la magia que une los elementos y alimenta al mundo. En el templo sus responsabilidades se distribuyen entre la administración y la organización del templo, ellos son los que se encargan del aprovisionamiento o la gestión de la biblioteca, entre otras cosas. Los siete mejores forman el consejo que dirige el templo junto al ilani, ellos son los que se encargan de la dirección efectiva del templo y de oficiar la mayor parte de las ceremonias. Entre ellos, el primer mago es el que ejerce de asesor y ayudante del ilani, también quien le sustituye en la presidencia en caso de ser necesario.

Ilani: Era el mejor de los magos en un templo, se encargaba de dirigirlo y de oficiar las ceremonias y ritos más importantes. Sus adornos eran azules como los del izani y el shanadi. El azul representa mente y corazón, la fuerza humana que mueve el mundo. También se lo asocia con el poder de la diosa. Ejercía como sabio y guía espiritual, así como representante de su templo en el consejo de magos y ante el izani.

Izani: Es la máxima autoridad religiosa y el responsable último de todo lo referente al culto y los templos. El más poderoso de los sacerdotes magos, sabio y guía espiritual de toda la comunidad. Oficia las ceremonias y ritos más importantes, junto con las que se consideran honoríficas (como la comunión diaria), pudiendo delegarlas en algún mago de rango. Debe ser elegido por la diosa a solicitud del templo, dado que se le considera su voz en la tierra. Actualmente solo el clan del Eterno puede aspirar a esta distinción. Entre sus funciones está la de presidir el consejo de magos y la de ejercer de juez en cuestiones religiosas.

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